El tiempo transcurre sin parar,
arrollando a su paso
todo lo que vive y lo que no vive,
lo animado y lo inerte,
el pasado, presente y futuro,
a ti y a mí.
Siglos parece que nos separan
y al mismo tiempo nos unen,
tu rostro vive en mi mente,
sonríe en mi corazón,
se funde con mi alma,
volviendo a ser uno.
Tus ojos oscuros me miran
a través de las neblinas del espacio-tiempo,
buscándome, aunque sin verme,
mientras tus oídos intentan escuchar
mi voz mientras canta tu nombre,
y tus manos buscando mi piel,
intentando alcanzarme.
Estoy aquí, ahí, allá,
en todas partes,
vivo permanentemente en nuestro hogar,
el que aún no hallamos,
pero en el que ya hemos vivido.
Yamila
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